Desde tiempos inmemorables al barro y la sal del mar muerto se le han atribuido propiedades curativas contra el reumatismo, la osteoartritis, la resequedad de la piel y la psoriasis. Estos jabones recogen los aceites y la suciedad de los poros, exfolian las células muertas y estimulan la circulación sanguínea. No te quedes sin el tuyo y atrévete probarlo.